viernes, 21 de agosto de 2015

Colinas oscuras

Colinas oscuras por la noche en el oeste,
cuando la puesta de sol se cierne como el sonido
de unos cuernos de oro que cantaron por el descanso
de los viejos huesos de los guerreros bajo tierra
lejos ahora de todos los caminos rotulados
cuando parpadean las legiones del sol,
que se desvanecen, como si el último de los días
desapareciera, y todas las guerras estuvieran conclusas.

Edwin Arlington Robinson

Otto Dix

miércoles, 19 de agosto de 2015

Patsy Cline


Ella está en el desierto
para liberar las cenizas de su padre,
las cenizas de su hijo,
o las cenizas del mundo. Ella no está

en lo que observa. La extraña estrella de mar.
No le pertenece. Una aguja brillante enhebra
una nube a través del cielo. Hay suficiente sol,
hay vida más allá. Su propio cuerpo, una columna de ceniza.
Me caigo en pedazos, dice ella. Desleal

nimbo, pensamiento infiel. En mi vida,
he perdido dos hombres. Uno por la muerte,
inevitable. Otro

por error: un desperdicio. El lloró
desde un estado del norte,
el hambre demasiado fría
para el conocimiento humano.

Una vez fui una mujer sin nada que decir.

Nunca dije y el polvo vuelva a la tierra.
Nunca me he despertado en el desierto.
Dije
¿quién libera a quién?
Inevitablemente, todos saben
lo que sabe el desierto. Nadie
contará lobos cuando yo falte..

Nadie busca en el sol
significado. Por la carne
he hecho mucho menos.

El ganado en la cuenca ahora, artemisa, salvia.

Vivo ahora en la ciudad donde amé a ese hombre.
La ceniza de él, la autorreferencia.

De vez en cuando, pienso en su llanto,
en cómo mi cuerpo me traiciona:
en cómo no he terminado con la liberación.

Jennifer Chang
Tr. del inglés

Patsy Cline

lunes, 17 de agosto de 2015

PARA JUGAR

Continuó persiguiendo, en sus electro rayas y

al final de su decir, intervino, añadiendo azul

al triángulo igual que a una pantalla. Este

sistema no tendría eco y no podría

dirigir la verdadera barrera. Una larga y delgada línea

de su penúltimo año

o del pabellón que estamos arrojando alrededor.


Hannah Brooks-Motl
Tr. del inglés


El conde de Torrefiel

sábado, 15 de agosto de 2015



BASTA

No, nunca será suficiente. Nunca
suficiente el viento clamoroso en los árboles,
el sol y la sombra que maneja la hoja, nunca es suficiente el sonido metálico
del martilleo de mi vecino,
los clavos de hierro, la madera que cede, las ondas de sonido
que lamen los tejados, nunca es suficientes
el quehacer de las abejas en las gargantas
de lirios. ¿Cómo podríamos saciarnos
con la carne de los tomates maduros, el único
olor de sus hojas machacadas. Se precisarían muchos
nacimientos para esa aspereza.

Vida culpable. Solo es eso lo que más queremos.
Lluvia de verano. Barro. Una taza de té.
Nuestros dientes, nuestros ojos. Un bebé en un cochecito.
Otra cucharada de crème brûlée, el dulce crujir de la corteza quemada.
Y duchas calientes, amorosas, amorosas duchas calientes.

Hoy fue un buen día.
Mi suegra se sentó en el porche, comiendo galletas y queso
con un margarita aguado
y aunque sus uñas ya no despiden luz roja
y no puede recordar quién está vivo y muerto,
de todos modos, este fue un día sin llanto, sin un llanto imparable.

Anoche por la pequeña ventana de mi portátil
vi a un hombre moribundo suicidándose en Suiza.
Llevaba una camisa azul y la nieve caía
sobre una pequeña casa azul, sobre las oscuras aguja de pinos y de abetos.
No salió fuera a sentir la nieve en la cara.
Se sentó en una mesa junto a su mujer para beber veneno.

En internet encontré una bolsa de plástico con velcro
y un orificio para el tubo de un tanque de propano. No tendría
que mover nuestro Weber. Tan solo me bastaría deslizarme
por el estuco de las losas, donde las malas
hierbas brotan a través de las grietas.
Tal vez no sería peor
salir fuera mientras miro las hojas amarillentas de la vieja Camelia.
Y desde allí podría ver los pollos arañando,
si es que tenemos pollos todavía.

Este pequeño sombrero de vida, ¿cómo llegaré
a quitarlo, mientras todavía puedo superarme? Gorro de lana ,
cofia de encaje, la campana amarilla con el velo de color amarillo.
Lo llevé en la Pascua al cumplir trece años y mi madre me dejó pasear
con Tommy Spagnola en el paseo marítimo de Atlantic City.

Oxígeno, oxígeno, el llanto del cuerpo al que uno siempre quiere darle
lo que desea. Pero debo decir no,
basta, basta, con más ternura
de la que he dado a un amante, el don
del pezón que se endurece bajo mi dedo, más
ternura que a mi recién nacido, al que sostuve todavía salpicado
con mi sangre. Le voy a dar el más suave rechazo
a este querido y mudo animal y apretaré
el broche alrededor de mi garganta que fue una vez besado y besado
hasta que la sangre no pudo descansar en su cauce aunque se elevara
hasta la superficie como un pez que no puede aguardar a su captura.


Ellen Bass

Tr. del inglés

Victor Pasmore

domingo, 9 de agosto de 2015

EN LA MUERTE DE ANA HATHERLY



A ESCRITALIDADE


A idade da escrita é a minha idade:

a idade que passa

a idade percurso

o percurso recurso


Não tenho outro recurso


A idade da escrita é a idade muda:

a idade que olha

que fala para ver

que olha para saber


Não escrevo para dizer:

escrevo para dizer o que não pode ser dito


LA ESCRITALEDAD


La edad de la escritura es mi edad

la edad que pasa

la edad recorrido

el recorrido recurso


No tengo otro recurso


La edad de la escritura es la edad muda:

la edad que mira

que habla para ver

que mira para saber


No escribo para decir

escribo para decir lo que no puede ser dicho


Tr. de Casilda García Achilla.


miércoles, 29 de julio de 2015

EL HOMBRECITO

REVISTA NAYAGUA...CONTENIDOS EN ABIERTO¡
"(...) La mujer ha sido silenciada y negada a lo largo de la historia, sea donde fuere que haya destacado o sencillamente existido. Por supuesto también en poesía. Hace unas semanas, casi coincidiendo con el pueblo griego clamando OXI, Chus Visor, uno de los editores de poesía mejor considerados por parte de algunos sectores de la industria cultural, decía en una entrevista que no hay buenas poetas, que el talento de las poetas no es comparable al de los hombres.
Es una barbaridad afirmar que no hay buenas poetas en todo el siglo xx; un acto de ignorancia incontestable el simple hecho de pensarlo; por eso mis palabras van también para todos aquellos que lo piensan aunque no lo digan, para aquellos que se callan. Claro que hay poetas nefastas, pero no lo son mucho más que tantos de esos laureados poetas que ni con toda la experiencia del mundo pasarían de mediocres. La triste realidad es que de todos los libros de poesía editados en el último año tan solo un 25,6 % corresponden a mujeres. Y hay que estar muy ciego para no asumir esta realidad y ser muy estúpido para justificarla. Lo que pasa, señores editores, críticos, gestores culturales que asentís o calláis ante este tipo de declaraciones, ya sea con fondos públicos o privados, es que sois unos machistas y además unos ignorantes.
Desde esta Fundación llevamos más de diez años pensando y demostrando que las cosas se pueden hacer de otra manera (...)"
Tacha Romero
Directora de la FCPJH

LA REVISTA Y SUS CONTENIDOS EN ABIERTO
http://www.cpoesiajosehierro.org/web/uploads/pdf/a6b5fddf520e98cfcdeb42a0ea7b03b9.pdf

martes, 14 de julio de 2015

Durero
Tocar tierra

Llevo mis palmas al suelo
y rinocerontes de  granito surgen de mis brazos
y se bloquean en mis hombros.
El agua gotea sobre mi espalada
y mi cabeza es afeitada
por la hoja cremosa.

Pero entonces mi tiempo en mi cuerpo es ya
y es el momento para mi mente
Se busca la sabiduría
y los rinocerontes caen en un pozo,
sus caras se deshacen.

Quiero saber cuáles son sus últimas palabras
pero sus labios se van desvaneciendo en la púrpura.

Puse mis manos en el suelo otra vez
pero los rinocerontes vienen hacia el cuerpo
y nunca hacia la mente.

Yo solía querer tiempo infinito con mis pensamientos.
Ahora prefiero dar todo mi tiempo
a un cuerpo que se está muriendo

de cáncer.

—Max Ritvo
tr. del inglés





domingo, 12 de julio de 2015

Alla Breve amorosa

Tres personas beben de la botella
en el cuarto de estar.
Una lluvia fría. Silenciosa como un espejo.

Uno de los hombres
mete el pañuelo en su abrigo,
sube las escaleras con la chica.
El otro hombre permanece sentado

en el despacho junto al vino y al dolor de cabeza,
mientras gira el viejo Ellington
otra vez en su mente. Y sigue.

Él la abrazaba como un saxofón
cuando ella era su novia.
La lengua de ella  que tiembla en la caña.

El hombre que yace a su lado ahora
piensa en  otra mujer.
Su aliento blanco ralentí

antes de que él se fuera.
Dijo algo acerca de un hechizo,
viendo caer la nieve sobre sus hombros.

El músico
se arrastra de nuevo con su cuerno,
antigua tortuga acuática
ante la proximidad de la rueda.

C.D. Wright
Tr. del inglés


Lucrecia Love

jueves, 9 de julio de 2015


HE VENIDO A INSISTIR A LA TERRAZA


Insectos, hebras de tabaco.
Aquí y allá, las redes neuronales.
Cosas que reptan en el ruido
de lo que no se oye
y se amalgama
sin ti,

y no te sirve.



Barbara Hepworth







LA MUTACIÓN DE LA ELEGÍA


Doy largas caminatas,
me gusta caminar.

Planeo, no sé el qué.

Me gusta deslizarme, eso es todo.

Perdido en los campos de la labor,
imponte una tarea descriptiva.

Cosas:
es grande su ebriedad.

El vino es una cosa,
me sorprende pensarlo.

He regresado allí donde siempre he querido estar.
Dejo que el aire desenvuelva
toda la novedad:
estoy llegando.

La mutación de la elegía.
Yo no quiero morir.

El día es una fuga de calor.

Desarrollé mis argumentos con paciencia
ante la audiencia de los pájaros
y me dejaron ir.

Agitando sus alas mostraban su aquiescencia.
Era una música de mil demonios, pero sí:
era una música.

Agitaban sus alas sin levantar el vuelo
mientras yo me alejaba.

Quiero decir que me dejaron ir.

Bosque de la conciliación de los impulsos,
llego tarde.

Vivo emboscado aquí.

Inteligencia aleatoria, llévame
lejos de este lugar.

Abulia, nube blanca
de los desesperados que caminan
porque ya no les queda más camino
que el cielo que ellos ven.

Éxtasis de lo gratis,
una aceleración irresistible.

Vaya desesperanza,
qué impostura
si reconozco que sigo esperando,
pero ¿el qué?

Inteligencia aleatoria, ¿hay algo más

que pueda hacer con el verano?

José Óscar López

miércoles, 8 de julio de 2015



I


Los ancianos también habían sido pequeñas bestias hambrientas y egoístas, pero lo habían olvidado. Lo habían olvidado todo en aquella casa. La condición para entrar en aquella casa era olvidarlo todo, sobre todo los nombres. Todos los nombres tenían que ser olvidados. Lo único que recordaban los ancianos eran las canciones. Canciones que tarareaban obsesivamente y que hacían sangrar los oídos. Canciones extrañas que no tenían letra pero que hablaban de criaturas monstruosas que viven en el fondo de las piscinas. De mantis religiosas y de otros insectos que simulan oraciones pero que en realidad solo murmuran. Canciones que provocaban convulsiones. Que hacían salir espuma por la boca.


Cuando salían al jardín no cantaban. Solo emitían alaridos. Gritos lentos y frenéticos y delicados que hacían pensar en insectos extinguidos y en tumores que se extienden lentamente. Nos prohibieron hablar con ellos. O alimentarlos. O dejarnos acariciar por sus manos temblorosas, porque ellos habían masticado todas las sustancias y habían lamido todas las manchas. Solo podíamos mirarlos a través de la verja, pero ellos ni siquiera nos veían. Sus pupilas lácteas les impedían conformar una manada, pero corrían por el jardín de forma violenta. Los ciervos huían de sus dientecitos anhelantes. Por eso los animales disecados que había por toda la casa. Por eso las jaulas.


Pero los ancianos nunca estuvieron en la cima de la cadena alimentaria. Tribus hermafroditas comenzaron a acecharles escondidas entre los arbustos. Los cazaban de noche, cuando las formas tentaculares se movían lentamente por el fondo de la piscina. Después les cortaban el cabello y lo guardaban en frascos de cristal para dárselo de comer a los turistas. Por la mañana veíamos a los ancianos agitar sus cabezas calvas con desesperación, pero por la tarde el pelo les había crecido tanto que tenían que arrastrarlo por el jardín con violencia.






Layla Martinez.


lunes, 6 de julio de 2015

RESPUESTA DE AMALIA IGLESIAS A JOSÉ MARÍA MERINO

"Querido José María, Sabes bien que respeto tus palabras con el mismo respeto que me merece tu persona y tu obra. No obstante no considero en absoluto que el manifiesto sea un ataque inquisitorial, más bien es una respuesta a su ataque inquisitorial por no llamarlo "caza de brujas" y su anulación de todas las autoras (incluidas las publicadas por él) . Un acto de legítima defensa. No se dice en ningún lugar que este empresario de la edición no pueda tener su opinión respecto a la poesía española y respecto a sus gustos estéticos, incluso que no sea un buen editor, lo único que sí se pide es que alguien que piensa así no siga estando implicado en la mayor parte de los jurados y prejurados, (que tú y yo sabemos muy bien que es donde se dirimen los premios) de la mayor parte de los premios oficiales de este país, que pagan todos los españoles. Entiendo tus razones, pero imagínate que un editor significativo que dirime todos los premios importantes de ahora mismo dijera que no existen escritores leoneses relevantes en el último siglo salvo uno, pon el que quieras ¿Lo considerarías adecuado? ¿Creerías que esa persona debería seguir pilotando la mayor parte de los premios? ¿No es mejor que se pida cierta imparcialidad? ¿No considerarías que anular al resto de los escritores leoneses es sí inquisitorial? Respeto tus motivos y tu libertad de firmar o no un manifiesto, pero en nombre de nuestra vieja amistad, creo que inquisitoriales son ciertas actitudes que se llevan practicando ya desde hace demasiado tiempo con absoluta impunidad, y en este último caso de Chus Visor, con prepotencia y chulería. ¿Cuándo llegara al terreno de la cultura ese decálogo de buenas prácticas y esa transparencia q"ue se predica ahora tanto en otros ámbitos como el político o el económico? Es una pregunta, claro, retórica.Traslado mi carta a las personas que han solicitado mi ayuda en esto y por supuesto se la haré llegar también, si no tienes inconveniente, a las mismas personas a las que has enviado la tuya. Un abrazo, Amalia Iglesias".

http://www.elcultural.com/noticias/letras/Jose-Maria-Merino-retira-su-firma-del-manifiesto-contra-Visor/8028

jueves, 18 de junio de 2015

ESTÁTICA
Y será equilibrio de fuerza
perturbar basura humana:
magnitud.

Ni siquiera moscas beben
de sus malgastadas bocas,
precisión: los otros suelen
estar en contra de nosotros,
así está dicho.

¿Es la reflexión alimento de
ofensa? Siempre es familiar
lo inútil. Y el propósito será
aniquilación / calcular el fin
y silenciarlos.

Iván Humanes

tamra bowen
 

sábado, 2 de mayo de 2015

trans-

Yo trabajo mucho y vivo mucho menos de lo que pudiera, pero la luna es hermosa y hay estrellas azules. . . . Yo vivo la casta canción de mi corazón.
-García Lorca a Emilia Llanos Medinor
25 de noviembre 1920

La luna duda
sobre si ser
hombre o mujer.

Ha habido rumores,
todo tipo de acusaciones,
afirmaciones osadas y mentiras públicas.

Él es beligerante. Ella está en un embrollo.
Cuando él se desvanece, el mundo oscila.
Cuando ella brota, la transgresión florece.

¡Cómo  duda el impulso operístico¡
Baja a la profundidad, mi amor, de la piscina blanca.

Rita Dove

Tr. Del inglés

Henry Moore

jueves, 30 de abril de 2015




Después del invierno







Algún día, cuando los árboles hayan perdido sus hojas

y contra el blanco de la mañana

los pájaros que tiemblan bajo los aleros

hayan abrigado la noche,

volveremos nuestras caras hacia el sur, el amor,

hacia la isla del verano

donde la aguja del bambú a la arboleda astada

y a la orquídea boquiabierta sonríe.



Y buscaremos la colina tranquila

donde se alza el árbol de algodón,

y salta el riachuelo de cristal, que ríe

y trabaja el zumbido de la abeja.

Y construiremos una cabaña allí

junto a un claro del bosque,

con jacintos negros silvestres cerca

y helechos que nunca pierden el color.



Claude Mc Kay
Tr, del inglés

Alex Katz

martes, 28 de abril de 2015

Él hizo esta pantalla

no de plata o coral,
pero sí de laurel erosionado.

Aquí, introdujo un mar
uniforme como un tapiz;

aquí, una higuera; allí, una cara;
más allá, un dragón rodeando espacio-

que es designado aquí, una enramada;
allí, una flor de pasión puntiaguda.


Marianne Moore
Tr. del inglés

Georgia O Keefe